domingo, 2 de diciembre de 2007

Doce víctimas del tráfico ilegal "repatriadas" a Nicaragua

Cites local gestionó retorno

El Diario de Hoy/ 16 de Noviembre de 2007
» La burocracia y la falta de recursos favorecieron la muerte de 31 especímenes




Emigrar sin papeles puede costar la vida. Ese ha sido el caso de 43 aves Aratinga finschi, procedentes de Nicaragua, localizadas por agentes de la División de Fronteras cerca de El Amatillo.

El 6 de octubre pasado, desperfectos mecánicos y una mala maniobra provocaron que un autobús placas de Nicaragua 093020 quedara atascado en la carretera que de El Amatillo conduce hacia El Sauce, en el departamento de La Unión. El automotor causó un embotellamiento en la vía, por lo que el equipo 01-1129 de la División de Fronteras arribó al lugar para ayudar a las 4:30 de la tarde.

Una vez junto al bus, los agentes escucharon murmullos provenientes de la parrilla donde los pasajeros acostumbran acomodar sus equipajes

El murmullo se hizo gorgojeo y quejido cuando los agentes encontraron tres sacos de nylon colocados en el hueco de una llanta de repuesto. Los revisaron y tras ver que su contenido parecía ilegal preguntaron a quién pertenecía ese "equipaje", pero nadie respondió. Entonces, la policía se incautó el contenido: 43 aves Aratinga protegidas por el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites). Tratado internacional que Centroamérica se comprometió a respetar aún más cuando firmó el CAFTA.

El calvario de este grupo de aves víctimas del tráfico ilegal de especies no terminó ahí. Un día después, en la delegación de la Policía de Medio Ambiente de Nueva Guadalupe se levantaba un acta para hacer constar que cuatro de las 43 aves incautadas habían muerto. Según la policía debido al hacinamiento y la deshidratación sufridas durante su viaje forzado. Los restos fueron abandonados en un tramo de la Ruta Militar a la altura de Jocoro.

Las 39 aves aún con vida fueron entregadas al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el que dos semanas después entregó 15 especímenes a la oficina de Cites en el Ministerio de Agricultura. Entre las 15 aves recibidas se encontraron tres sin vida. Del grupo de aquellas "ilegales" sólo 12 lograron sobrevivir para ser entregadas a las autoridades Cites de Nicaragua.

El procedimiento, realizado el 31 de octubre, puede catalogarse de histórico, pues es la primera vez que la oficina Cites de El Salvador devuelve a un similar centroamericano especímenes víctimas del tráfico.

Confusión AmbientalTras la primera repatriación de especímenes víctimas del tráfico efectuada entre las Cites de El Salvador y Nicaragua, el cooridnador de Cites El Salvador, Ricardo Vaquero, tiene algunas preguntas.

"¿Por qué la PNC entregó las aves al MARN?". El proceder de la policía ambiental, en este caso, contradice el artículo 42 de la Ley de Conservación de la Vida Silvestre que estipula que los decomisos por tráfico deben ser entregados a Cites.

La respuesta está en la aplicación práctica de ley. La PNC debe entregar los animales decomisados por tenencia ilegal al MARN y a Cites (dependencia MAG) los decomisados por el delito de tráfico y comercio.

Y cuando la PNC encuentra a una persona ofreciendo animales silvestre en flagrancia no hay duda de que al decomisarlos deben entregarse a Cites. Pero, si los agentes encuentran un saco lleno de aves abandonado en un bus, tienen problemas para determinar si ese es tráfico.

Pero, surge otra interrogante: ¿Por qué murieron 24 especímenes mientras estuvieron a cargo del MARN? La respuesta, según Vaquero, es que aunque el MARN posee biólogos, estos no han adquirido los conocimientos suficientes sobre el manejo y trato adecuado de los animales silvestres que la PNC suele decomisar.

Vaquero sostiene que Medio Ambiente y Cites no deberían competir por el manejo y cuido de los animales decomisados, sino coordinarse. Sin embargo, la ley los convierte en competidores. La muerte del 72% de las aves rescatadas en este caso pone en evidencia, una vez más, la falta de recursos en la División de Medio Ambiente de la PNC, el MARN y Cites para atender adecuadamente los especímenes arrancados de las manos de los traficantes. Así pues, para las víctimas del tráfico, ser rescatadas no garantiza evadir la muerte.

No obstante, el representante del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de Nicaragua (MARENA) en Chinandega, Jorge Mayorga Díaz, considera que las oficinas Cites de América Central cumplen su misión: "Están defendiendo la fauna de los países de Latinoamérica".